Tres miradas: Pepita, Concha, María Amelia. Tres largas vidas vividas en diferentes regiones y entornos. A pesar de ello, estas abuelas tienen mucho en común: una incontestable dignidad, un gran amor por los suyos, ganas de seguir siendo útiles, una enorme generosidad y una admirable aceptación de la proximidad de la muerte, como algo natural e inevitable, sin aspavientos ni tristezas. Hay mucha sabiduría acumulada en estas tres lúcidas mujeres, cargadas de experiencia y de gusto por la vida. Conocerlas y tratar con ellas ha sido todo un placer y una lección inolvidable. Gracias por todo, guapas, a vosotras y a Mercè, por su sensibilidad como para acercarse y acercarme a estos ricos mundos que, de otra forma, quizá nunca hubiera explorado. José Luis Monleón
dimecres, 1 d’abril del 2009
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